Leyendas del Camino de Santiago | El Apóstol Santiago - Camisetas Camino de Santiago

Leyendas del Camino de Santiago | El Apóstol Santiago

Hoy te amenizamos este ratito con una historia y leyenda del Camino de Santiago que tal vez no conocías…así la próxima vez que te cruces con un peregrino/a puedes hacerte el/la interesante y demostrar tus conocimientos generales…pero sin pasarte, no te conviertas en un listillo/a. 😀

¿Sabías qué…?

El Apóstol Santiago el Mayor era el hijo de Zebedeo y Salomé, y hermano de Juan Evangelista, fue pescador hasta que conoció a Jesús y decidió seguirlo. El propio Jesús le encargó la misión de difundir su doctrina por Occidente y, así, llegó a Hispania, territorio en el que pasó algún tiempo predicando.

Tras una temporada por estas tierras, decidió volver a Jerusalén, donde Herodes Agripa lo arrestó, lo sometió a martirio y lo hizo decapitar hacia el año 44 D.C.

Entonces, dos de sus discípulos, Atanasio y Teodoro, recogieron deprisa y corriendo sus restos y huyeron en una barca sin timón ni velas, en un épico viaje totalmente a la deriva. Así, tras cruzar el Mar Mediterráneo, el estrecho de Gibraltar y recorrer la costa portuguesa, llegaron a la costa gallega, cerca de la localidad de Iria Flavia, a un lugar que hoy se llama Padrón, por la piedra o "pedrón" donde amarraron la barca.

Después fueron a pedirle permiso para enterrar el cuerpo a una reina pagana conocida por el nombre de Lupa, que era la jefaza del lugar. 

Ante la petición de los discípulos, Lupa con ciertas intenciones malvadas, opta por enviarlos a Duyo, donde residía la autoridad romana a la que ella estaba sometida. El legado romano ordenó encarcelar a los enviados, y cuenta la leyenda que fueron milagrosamente liberados y protegidos de la persecución al cruzar el río Tambre por el hundimiento del puente de Ons o puente de Pías.

Se presentaron nuevamente a Lupa y le pidieron una carreta y bueyes para el traslado del cuerpo santo, y fueron enviados al monte Ilicinio (pico Sacro) a recoger, como bueyes, a unos toros bravos, que milagrosamente se amansaron con la señal de la cruz y trasladaron el cuerpo del Apóstol hasta un lugar en el que se detuvieron por la presencia de un manantial, hoy la Fuente del Carmen, donde se levantó una pequeña capilla.

Ante esto hechos Lupa se convierte al cristianismo y pide bautizarse. Cerca encontraron el Arcis Marmóricis en el bosque Libredón, un mausoleo familiar propiedad de Lupa, donde descansaba ya la nieta de Lupa y en el que concedió permiso para ser depositado el cuerpo del Apóstol.

Después, Teodoro y Atanasio permanecieron cuidando la tumba hasta que ambos murieron, y sus cuerpos fueron enterrados allí mismo, junto al Apostol.

Ultreia et Suseia.